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Colección de arena

Meret

 

Meret Oppenheim. Meret. La mujer, la desnudez, el libro. Meret y Man Ray. Meret-Man, Meret-woman. Meret, repetiré tu nombre hasta interiorizar tu mundo sin depilar, tus objetos hirsutos, tu mirada de diosa blanca.

Un azulejo portugués

Un azulejo portugués

Ese azar objetivo del que hablaban los surrealistas, esos vasos comunicantes de los que nos hablaba Bretón, se me tornan visibles en muchas ocasiones. Esta ha sido otra más. Ayer a mediodía comencé una nueva lectura de Pascal Quignard, La frontera. La editorial Funambulista, que lo edita, ha tomado como motivo de la cubierta un fragmento de un azulejo portugués: Azulejo del Palacio de Fronteira. Gasnat. Por la noche, he ido a la casa de mis amigos P.F. y G.G. para recoger unos libros que nuestro común amigo J.A. quería hacerme llegar. Cuatro volúmenes de las entregas que nuestro profesor de facultad M.P.C. publica en la ignota editorial Insoladas. Uno de esos volúmenes, el titulado Disparos del archibrazo , reúne una selección de las miles de fotografías que este maestro Calamita ha hecho durante sus lusas e insulares correrías. Y en la página 115 me topo de nuevo con ese mismo azulejo. "La bella enmascarada presidía la mesa de los Grandes Conjurados..." (El camino del lobo ). Cierto, una mujer, flanqueada por dos hombres, cubre su rostro con una máscara. El enigma, pues, persiste.

De la tonsura

De la tonsura

Uno de los leit-motivescentrales de la novela de Menchu Gutiérrez es la tonsura. Obviamente, el asunto me interesa, de ahí que copie este fragmento:
"Dicen que, al igual que se afeitan la cabeza los que quieren situarse más allá del ciclo de las estaciones, más allá de los cambios, despedirse del mundo en el mundo, la tonsura simboliza la renuncia a la carne; yo miro esta cabeza, que parece un planeta, y creo que bajo la tonsura late algo más. Estoy segura de que ese punto brillante marca el polo norte de un eje que atraviesa la cabeza. Como los místicos, los que dejan esta señal a la vista, están mostrando una entrada escondida, dejan abierta una puerta para que salga su espíritu al encuentro con Dios, o para que Dios entre a través de la tonsura a su cabeza." Disección de una tormenta, pp.43-44

Gao Xingjiang

Gao Xingjiang

Qué acierto el de Cajacanarias el de acercarnos, en colaboración con el Centro de la Cultura Contemporánea de Barcelona, la exposición El mundo de Gao. Tintas sobre papel de arroz, trazos que acarian el papel mientras su autor escucha la música de Bach, de Philip Glass o de Steve Reich, dejándonos la impresión de la sutileza de un gesto inconsciente. Paisajes del inframundo, pero también paisajes del mundo. La tinta negra es el puente alzado como vínculo entre lo inmaterial y lo matérico. Pero estas piezas son además un puente entre la cultura oriental y el arte occidental, un diálogo natural entre los antiguos maestros de la pintura china (Gongnian, Zu Dha)y la visión contemplativa de Friedrich. He de volver con calma para ver la película que se proyecta en la sala con una entrevista en francés a este delicado pintor y escritor. Por supuesto, ahora he de leer La montaña del Alma. Espero que pueda ser pronto.

Disección de una tormenta

Disección de una tormenta

Por fin ha llegado a mis manos la última novela de Menchu Gutiérrez. ¿Acaso podemos llamar novelas los extraños textos a los que nos tiene acostumbrados esta "rara avis" del actual panorama literatio español? No me resisto a transcribir el inicio de la novela:

"El cambio de escala es a veces una cuestión de supervivencia. Primero vemos la montaña y luego dibujamos una línea en el mapa. Así, línea a línea, formamos la cordillera que no podemos abarcar con los ojos y, sólo a través del ejercicio de la reducción somos capaces de trazar un camino, tal vez, también, de transitarlo. De todo lo que nos importa y no comprendemos terminamos por dibujar un mapa, alterando al hacerlo el verdadero tamaño de nuestra ignorancia."

Menchu Gutiérrez, Disección de una tormenta, Siruela, 2005